martes, 10 de enero de 2017

Palabras sabias: Mensaje de Jackson Brown a su hijo

Jackson Brown es un padre preocupado por la felicidad de su hijo y por
ello le escribió estos "consejos" cuando éste se fue a estudiar a la
Universidad, lejos de su casa. Su hijo decidió fotocopiarlos y los
distribuyó entre sus compañeros. Los mensajes tuvieron tanto éxito, que
una editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con
ellos, Life's Little Instruction Book, una publicación que rápidamente
se convirtió en un best seller traducido a varios idiomas.

Hijo:

• Cásate con la persona correcta. De esta decisión dependerá el 90% de
tu felicidad o tu miseria.

• Observa el amanecer por lo menos una vez al año.

• Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.

• Ten un buen equipo de música.

• Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de
tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.

• Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.

• Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.

• Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada
solución.

• Maneja coches que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una
buena casa.

• Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera
impresión.

• No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a
alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.

• Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que
del reproche. Dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza.

• Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.

• Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.

• Haz lo que creas que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.

• Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el
momento en que ya no te dejará hacerlo.

• Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas.

• Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.

• Recuerda el viejo proverbio: sin deudas, no hay peligros ni problemas.

• No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.

• Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a
tu prójimo. El que no vive para servir, no sirve para vivir.

• Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el
tiempo ajeno.

• Confía en la gente, pero cierra tu coche con llave.

• Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran
riesgo'.

• No confundas confort con felicidad.

• Nunca confundas riqueza con éxito.

• No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus
propios defectos.

• No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices.

• Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de
sus estudios.

• Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que
aparezcan en las fotos.

• Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.

• No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.

• No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.

• Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra
vida encima de él.

• Escucha el doble de lo que hablas (por eso tenemos dos oídos y una
sola boca).

• Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a
amigos.

• Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.

• Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde
al talento.

• Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta
mientras lo recorres.

• Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.

• La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo, sino es
aquella que disfruta de cada instante de su vida.

Pero ante todo
PON A DIOS DELANTE DE LO QUE HAGAS.

lunes, 9 de enero de 2017

Para reflexionar: un profesional desempleado

Un profesional desempleado despertó una mañana y revisó su bolsillo. Todo
lo que le quedaba eran $10. Decidió utilizarlos para comprar comida y
esperar así la hora de morir, ya que era demasiado orgulloso como para
pedir limosna.


Estaba tan frustrado por no encontrar empleo y no tenía a nadie disponible
para ayudarle.

Compró su comida y en cuanto se sentó a comer, un anciano y dos pequeños
niños se le acercaron y le pidieron que les diera comida, ya que no habían
comido en casi una semana.

El profesionista los miró. Estaban tan flacos que se les notaban los
huesos. Sus ojos se les habían hundido. Con el último pedazo de compasión
que le quedaba, les dio su comida.

El anciano y los niños oraron para que Dios le diera bendiciones y
prosperidad, y le dieron una moneda muy antigua. El joven profesionista les
dijo "ustedes necesitan esa oración más que yo".

Sin dinero, sin empleo y sin comida, el joven fue debajo de un puente a
descansar y esperar la hora de su muerte.

Estaba a punto de quedarse dormido, cuando vio un Viejo periódico en el
suelo. Lo levantó, y de repente leyó un anuncio para los que tuvieran
monedas antiguas, las llevaran a cierta dirección.

Decidió ir a ese lugar con la moneda Antigua que el anciano le dio. Al
llegar al lugar, le dio la moneda al propietario del lugar. El propietario
gritó, sacó un gran libro y le mostró al joven graduado una foto.

Era la misma moneda, cuyo valor era de 3 millones de dólares. El joven
graduado estaba muy emocionado mientras el propietario le dio una ficha
bancaria por los 3 millones. El joven cobró el dinero y se fue en búsqueda
del anciano y los niños.

Para cuando llegó a donde los dejó comiendo, ya no estaban. Le preguntó al
dueño de una cantina cercana si los conocía. El dueño le dijo que no los
conocía, pero que le habían dejado una nota. Rápidamente abrió la nota
pensando que averiguaría donde encontrarlos.

Esto era lo que la nota decía: "Nos diste todo lo que tenías, y te hemos
recompensado con la moneda, firma: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.


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