La magia de la vieja amistad no tiene explicación lógica; está
dentro de nosotros.
Pueden pasar los años y con un simple encuentro se aviva, como si
no hubiese pasado un día de ausencia.
Habrá sensación más agradable que una tertulia entre amigos, donde
no se distingue entre amigos viejos y nuevos. . . .
Nosotros envejecemos, pero, la amistad siempre está igual.
A la amistad no le pasa el tiempo.
Todos los estudios respecto al buen vivir resaltan la
importancia de compartir con amigos.
Yo no sé si cura los males del cuerpo, lo que sí tengo certeza es
que es lo mejor para el alma.
Recordar la adolescencia o cualquier etapa de la vida, con
amigos, reír, dialogar y compartir sus alegrías y tristezas, es sin duda
siempre la mejor terapia y una sensación sublime del espíritu.
El abrazo fraternal de un amigo es únicamente comparable al
abrazo con los hijos o los nietos.
Gracias a la vida por haberme dado la fortuna de contar con amigos
como los que tengo.
Con sus virtudes y defectos.
Sentir lo que siento cuando estoy o sé de ellos, es la sal y
chispa de mi existencia.
Siempre he pensado que nuestro paso por esta vida se aligera
porque existe el sentimiento virtuoso de la vieja amistad.
¿A ustedes no les pasa que uno no se sitúa en el presente sino que
al contactar a los viejos amigos se transportan a los tiempos cuando se
inició la amistad?
Eso quiere decir que uno mentalmente se siente más joven mientras
transcurre ese contacto.
¡Gracias por tu vieja amistad, es un tesoro que valoro mucho y que nunca
perderé!
recibe un abrazo con mucho cariño y gracias por ser parte de mi
historia de vida
POR LA MAGIA DE NUESTRA BELLA Y VIEJA AMISTAD...
ABRAZOS...