viernes, 11 de mayo de 2018

Reflexión: Ser emprendedor no es para cualquiera.

-Tu familia te hará reclamaciones, porque "trabajas mucho", "nunca te ven".
-Tus empleados te harán reclamaciones, porque sentirán que los estás
explotando, sin entender que estás compartiendo el beneficio pero no el
riesgo.
-Tus acreedores te harán reclamaciones, porque sentirán que te estás
haciendo rico a costa de ellos.
-Tu salud te hará reclamaciones, porque habrá días que no comas bien,
que no duermas lo suficiente, que no hagas ejercicio, que tu mente no
descanse, por estar enfocado en sacar adelante tus proyectos.

Si las cosas salen bien, te tendrán envidia, hablarán de ti, dirán que
tuviste suerte, que hiciste fraude, que te lo regalaron.

Si las cosas salen mal, dirán que eres un tonto, hablarán de como "se
debería haber hecho" (aunque ellos nunca lo hayan hecho o intentado
siquiera), te reclamarán, se indignarán.

Si hay ganancias, si hay fama, tendrás muchos, muchos, muchísimos
mejores amigos, todos ellos falsos.

Si hay pérdidas, nadie te dirá: ¿Necesitas ayuda?, ¿Necesitas un
préstamo?, ¿Te ayudo a recomenzar?

En general familiares, clientes, proveedores, empleados, pareja, te
criticarán, te culparán, te exigirán.

Por ello ser emprendedor, ser empresario, es una de las labores más
honrosas y dignas de admiración que existen.

Hay mucho en juego y casi nadie lo valorará.
Y aún así, tienes fé, tienes esperanza, tienes anhelo, luchas por un
sueño y estás mejorando la vida no sólo tuya, sino de todos los
involucrados.

Otros se preocupan por llevar comida a su mesa. Tú emprendedor,
empresario, te preocupas por llevar comida a varias mesas, además de la
tuya.

Por ello te felicito, te admiro, te aplaudo, te respaldo, te acompaño,
te escucho. Porque sólo quien carga el saco, sabe lo que pesa.

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