domingo, 23 de febrero de 2025

Sabidurías sobre la vejez

Hay cinco cosas viejas que son buenas:
* Las esposas viejas
* Los Viejos amigos para conversar.
* La Leña vieja para calentarse.
* Los Viejos vinos para beber.
* Los Viejos libros para leer
Émile A. Faguet

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con
la soledad
Gabriel García Márquez

Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas
disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
Ingmar Bergman

Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta
siguientes, el comentario.
Arthur Schopenhauer

Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes.
William Shakespeare

Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro
hacerla rápido.
Pablo Picasso

El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza.
André Maurois

La vejez es un tirano que prohíbe, bajo pena de muerte, todos los
placeres de la juventud.
François de La Rochefoucauld

Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara.
Michel Eugene de le Montaigne

Envejecer es todavía el único medio que se ha encontrado para vivir
mucho tiempo.
Charles Augustin Sainte-Beuve

Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan mozo que hoy no
pudiese morir.
Fernando de Rojas

Todos deseamos llegar a viejos y todos negamos que hayamos llegado.
Francisco de Quevedo

Si quieres ser viejo mucho tiempo, hazte viejo pronto. Cicerón

Nada nos envejece tanto como la muerte de aquellos que conocimos durante
la infancia. Julián Green

El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones. Oliver
Wendell Holmes

La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza.
Proverbio Hindú

En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos. Marie von Ebner
Eschenbach

La madurez del hombre es haber recobrado la serenidad con la que
jugábamos cuando éramos niños.
Frederich Nietzsche

El viejo no puede hacer lo que hace un joven; pero lo hace mejor. Cicerón

Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a
callar. Ernest Hemingway

Los árboles más viejos dan los frutos más dulces. Proverbio Alemán

Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo.
Sófocles

Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma. Autor desconocido

La vejez nos arrebata lo que hemos heredado y nos da lo que hemos
merecido. Gerald Brenan

Un hombre no es viejo hasta que comienza a quejarse en vez de soñar.
John Barrymore

Un hombre no envejece cuando se le arruga la piel, sino cuando se
arrugan sus sueños y sus esperanzas. Grafiti callejero

Viejo es quien considera que su tarea está cumplida. El que se levanta
sin metas y se acuesta sin esperanzas.
Autor desconocido

5 Chistes cortos y divertidos

 1. ¿Qué le dice un pez a otro pez?

   ¡Nada!

2. ¿Por qué los pájaros no usan WhatsApp?
   Porque ya tienen su propio "pío".

3. ¿Cómo se llama el campeón de buceo japonés?
   Tokofondo.
   ¿Y el subcampeón?
   Kasitoko.

4. ¿Por qué el semáforo nunca juega al escondite?
   Porque se pone rojo cuando lo miran.

5. ¿Qué hace un perro con un taladro?
   ¡Taladrando!

Profunda reflexión - El gallinero y la serpiente

La serpiente mordió a la gallina, y con el veneno ardiendo en su cuerpo, buscó refugio en su gallinero. 

Pero las demás gallinas prefirieron expulsarla para que el veneno no se propagara.

La gallina salió cojeando, llorando de dolor. No por la mordida, sino por el abandono y el desprecio de su propia familia en el momento en que más los necesitaba.

Así se fue... ardiendo de fiebre, arrastrando una de sus patas, vulnerable a las noches frías. 

Con cada paso, una lágrima caía.
Las gallinas en el gallinero la vieron alejarse, observando cómo desaparecía en el horizonte. Algunas decían entre sí:

— Que se vaya... Morirá lejos de nosotras.

Y cuando la gallina finalmente se desvaneció en la inmensidad del horizonte, todas estaban seguras de que había fallecido. Algunas incluso miraban al cielo, esperando ver buitres volando.

Pasó el tiempo.

Mucho después, un colibrí llegó al gallinero y anunció:

— ¡Su hermana está viva! Vive en una cueva muy lejos de aquí. 

Se recuperó, pero perdió una pata por la mordida de la serpiente.

 Le cuesta encontrar comida y necesita su ayuda.

Hubo un silencio. Luego comenzaron las excusas:

— No puedo ir, estoy poniendo huevos...

— No puedo ir, estoy buscando maíz...

— No puedo ir, tengo que cuidar a mis pollitos...

Así, una por una, todas rechazaron la petición. El colibrí regresó a la cueva sin ayuda.

Pasó el tiempo nuevamente.

Mucho después, el colibrí volvió, pero esta vez con una noticia dolorosa:

— Su hermana ha fallecido... Murió sola en la cueva... No hay quien la entierre ni quien la llore.

En ese instante, un peso cayó sobre todas. Un profundo lamento llenó el gallinero.

Quienes ponían huevos, pararon.

Quienes buscaban maíz, dejaron las semillas.

Quienes cuidaban polluelos, los olvidaron por un momento.

El arrepentimiento dolía más que cualquier veneno. ¿Por qué no fuimos antes?, se preguntaban.

Y sin medir la distancia ni el esfuerzo, todas partieron hacia la cueva, llorando y lamentándose. Ahora sí tenían un motivo para verla, pero ya era tarde.

Al llegar a la cueva, no encontraron a la gallina... Solo hallaron una carta que decía:

"En la vida, muchas veces las personas no cruzan la calle para ayudarte cuando estás vivo, pero cruzan el mundo para enterrarte cuando mueres. 

Y la mayoría de las lágrimas en los funerales no son de dolor, sino de remordimiento y arrepentimiento."