¿Quién es MAMI?🙋🌸
- MAMI es esa señora que lleva en el bolso un pañuelo con mis mocos… un
paquete de fotos desde cuando tenia 2 meses… dulcitos canillita… botiquín
de emergencia... etc.
- MAMI es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en
todas partes al mismo tiempo.
- MAMI es esa malabarista que pone la lavadora con el abrigo puesto
mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con
la barbilla y apartándome del cubo de basura con el pie.
- MAMI es esa maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso.
- MAMI es esa Taekondista forzuda capaz de hacer tichigui a cualquiera por
defender a sus criaturas de 0 a 50 años, y coger en un solo brazo mis 15
kilos mientras con el otro entra al carro lleno de compras.
- MAMI es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo
de 0 a 100 para evitar que me descuerne por las escaleras.
- MAMI es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia.
- MAMI es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto
tenga otro huequito, sólo otro, va a la pelu.
- MAMI es ese cuenta cuentos que lee e inventa las historias más divertidas
sólo para mí.
- MAMI es esa cheff que es capaz de hacerme una cena riquísima con dos
tonterías que quedaban en la nevera porque se le olvidó comprar, aunque se
quede ella sin cenar.
- MAMI es ese médico que sabe con sólo mirarme si tengo fiebre, cuánta, y
lo que tiene que hacer.
- MAMI es esa economista capaz de ponerse la ropa de hace cientos de años
para que yo vaya bien guapo.
- MAMI es esa cantante que todas las noches canta la canción más dulce
mientras me acuna un ratito
- MAMI es esa payasa que hace que me tronche de risa con solo mover la cara.
- MAMI es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana,
mirar si me he hecho pis, cambiarme el pañal, darme jarabe para la tos, un
poco de agua, ponerme el chupete, todo a oscuras y sin despertarse.
- MAMI es aquella mujer que jamás se dio cuenta que envejecía por ver a sus
hijos realizarse, llorando de noche por que ya tienen alas y dentro de poco
dejará el nido para buscar otro, y de día sonríe por ver que los hijos no
tengan remordimientos en dejarla por que ella se siente feliz.
¿La ves? Es aquélla, la más guapa, la que sonríe.
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sábado, 9 de mayo de 2015
viernes, 1 de mayo de 2015
Historia: La última carta de amor escrita por el Gral. Simón Bolívar
Santa Marta, 6 de diciembre de 1830.
Querida prima:
¿Te extraña que piense en ti al borde del sepulcro?
Ha llegado la última aurora; tengo al frente el mar Caribe, azul y plata, agitado como mi alma por grandes tempestades; a mi espalda se alza el macizo gigantesco de la sierra con sus viejos picos coronados de nieve impoluta como nuestros ensueños de 1805.
Por sobre mí, el cielo más bello de América, la más hermosa sinfonía de colores, el más grandioso derroche de luz.
Y tú estás conmigo, porque todos me abandonan; tú estás conmigo en los postreros latidos de la vida, en las últimas fulguraciones de la conciencia.
¡Adiós Fanny! Esta carta, llena de signos vacilantes, la escribe la mano que estrechó las tuyas en las horas del amor, de la esperanza, de la fe.
Esta es la letra que iluminó el relámpago de los cañones de Boyacá y Carabobo; esta es la letra escrita del decreto de Trujillo y del mensaje del Congreso de Angostura.
¿No la reconoces, verdad? Yo tampoco la reconocería si la muerte no me señalara con su dedo despiadado la realidad de este supremo instante.
Si yo hubiera muerto en un campo de batalla frente al enemigo, te dejaría mi gloria, la gloria que entreví a tu lado en los campos de un sol de primavera.
Muero miserable, proscrito, detestado por los mismos que gozaron mis favores, víctima de un inmenso dolor; presa de infinitas amarguras. Te dejo el recuerdo de mis tristezas y lágrimas que no llegarán a verter mis ojos.
¿No es digna de tu grandeza tal ofrenda?
Estuviste en mi alma en el peligro, conmigo presidiste los consejos del gobierno, tuyos son mis triunfos y tuyos mis reveses, tuyos son también mi último pensamiento y mi pena final.
En las noches galantes del Magdalena vi desfilar mil veces la góndola de Byron por las calles de Venecia, en ella iban grandes bellezas y grandes hermosuras, pero no ibas tú; porque tú flotabas en mi alma mostrada por las níveas castidades.
A la hora de los grandes desengaños, a la hora de las últimas congojas apareces ante mis ojos de moribundo con los hechizos de la juventud y de la fortuna; me miras y en tus pupilas arde el fuego de los volcanes; me hablas y en tu voz escucho las dianas de Junín.
Adiós, Fanny, todo ha terminado. Juventud, ilusiones, risas y alegrías se hunden en la nada, sólo quedas tú como ilusión serafina señoreando el infinito, dominando la eternidad.
Me tocó la misión del relámpago: rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderse en el vacío.
Bolívar
Querida prima:
¿Te extraña que piense en ti al borde del sepulcro?
Ha llegado la última aurora; tengo al frente el mar Caribe, azul y plata, agitado como mi alma por grandes tempestades; a mi espalda se alza el macizo gigantesco de la sierra con sus viejos picos coronados de nieve impoluta como nuestros ensueños de 1805.
Por sobre mí, el cielo más bello de América, la más hermosa sinfonía de colores, el más grandioso derroche de luz.
Y tú estás conmigo, porque todos me abandonan; tú estás conmigo en los postreros latidos de la vida, en las últimas fulguraciones de la conciencia.
¡Adiós Fanny! Esta carta, llena de signos vacilantes, la escribe la mano que estrechó las tuyas en las horas del amor, de la esperanza, de la fe.
Esta es la letra que iluminó el relámpago de los cañones de Boyacá y Carabobo; esta es la letra escrita del decreto de Trujillo y del mensaje del Congreso de Angostura.
¿No la reconoces, verdad? Yo tampoco la reconocería si la muerte no me señalara con su dedo despiadado la realidad de este supremo instante.
Si yo hubiera muerto en un campo de batalla frente al enemigo, te dejaría mi gloria, la gloria que entreví a tu lado en los campos de un sol de primavera.
Muero miserable, proscrito, detestado por los mismos que gozaron mis favores, víctima de un inmenso dolor; presa de infinitas amarguras. Te dejo el recuerdo de mis tristezas y lágrimas que no llegarán a verter mis ojos.
¿No es digna de tu grandeza tal ofrenda?
Estuviste en mi alma en el peligro, conmigo presidiste los consejos del gobierno, tuyos son mis triunfos y tuyos mis reveses, tuyos son también mi último pensamiento y mi pena final.
En las noches galantes del Magdalena vi desfilar mil veces la góndola de Byron por las calles de Venecia, en ella iban grandes bellezas y grandes hermosuras, pero no ibas tú; porque tú flotabas en mi alma mostrada por las níveas castidades.
A la hora de los grandes desengaños, a la hora de las últimas congojas apareces ante mis ojos de moribundo con los hechizos de la juventud y de la fortuna; me miras y en tus pupilas arde el fuego de los volcanes; me hablas y en tu voz escucho las dianas de Junín.
Adiós, Fanny, todo ha terminado. Juventud, ilusiones, risas y alegrías se hunden en la nada, sólo quedas tú como ilusión serafina señoreando el infinito, dominando la eternidad.
Me tocó la misión del relámpago: rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderse en el vacío.
Bolívar
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