Un día mi madre salió y quedé a cargo de mi padre.
Yo soy Ana, y tendría por aquel entonces quizás... dos años... o dos años y medio.
Alguien me había regalado un juego de té y era uno de mis juguetes favoritos.
Papá estaba en el living mirando el noticiero de la noche cuando le llevé una pequeña taza de té, que
era solamente agua.
...
Después de varias tazas de té y de muchas alabanzas por la riquísima bebida, mi mamá llegó a casa.
Papá la hizo esperar en el living para que me viera traerle una taza de té, porque le parecía la cosa
más tierna que había visto.
Mi mamá esperó, me vio venir caminando por el pasillo con la taza de té para papá y lo miró mientras
se la tomaba.
Entonces, rompiendo todo el encanto, mi mamá le dijo (y sólo una madre podría saberlo):
"¿No se te ocurrió que el único lugar del que ella puede sacar agua, es del inodoro?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario