miércoles, 17 de noviembre de 2010

El mundo alreves. Ironia laboral

Un ginecólogo aguarda su última paciente que no llega. Después de 45
minutos, suponiendo que no vendrá, resuelve tomarse un gin tonic para
relajarse antes de volver a su casa. Se instala confortablemente en un
sillón, comienza a leer el periódico cuando llaman a la puerta.


Es su paciente que llega apurada y pide disculpas por el retraso:
--- No tiene importancia responde el médico.. Estaba tomando un gin tonic
esperando para irme a casa, ¿quiere uno para relajarse?
--- Acepto con placer... responde la paciente aliviada.

Él le sirve una copa y se sienta frente a ella para conversar. De repente se
escucha una llave dentro de la puerta del consultorio. El médico
sobresaltado se levanta y dice:

---¡¡¡Mi mujer!!!..., ¡¡rápido, quítese la ropa y abra las piernas...!!

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