Mostrando entradas con la etiqueta desorden. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta desorden. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de febrero de 2018

“La teoría de las ventanas rotas”

En 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), el Prof. Philip Zimbardo
realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados
en la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color.
Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de
Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de
California. Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones
muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social
estudiando las conductas de la gente en cada sitio.
 
Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en
pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc.
Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron. En
cambio el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.
 
Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la
que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha
y de izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó
ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de
Palo Alto llevaba una semana impecable,
los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo
Alto, California. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en
el Bronx de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron
el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre.
 
¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario
supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?
 
No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la
psicología, el comportamiento humano y con las relaciones sociales.
 
Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de
desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia,
como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada.
Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea,
hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se vuelve incontenible,
desembocando en una violencia irracional.
 
En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling)
desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas', misma que desde un
punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las
zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.
 
Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara,
pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de
deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces
allí se generará el delito. Si se cometen 'esas pequeñas faltas' como
estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o
pasarse una luz roja y estas pequeñas faltas no son sancionadas,
entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada
vez más graves.
 
Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados
progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán
abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas
por temor a las pandillas),  y esos mismos espacios abandonados por la
gente, serán progresivamente ocupados por los delincuentes.
La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que;
ante el descuido y el desorden crecen muchos males sociales y se
degenera el entorno.
 
Tan solo vea un ejemplo en casa, si un padre de familia deja que su casa
tenga algunos desperfectos, como falta de pintura de las paredes en mal
estado, malos hábitos de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas
palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc.,
etc., etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las
relaciones interpersonales de los familiares y comenzarán a crear malas
relaciones con la sociedad en general y quizá algún día llegarán a caer 
en prisión.
 
Esa puede ser una hipótesis de la descomposición de la sociedad, la
falta de apego a los valores universales, la falta de respeto de la
sociedad entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y
viceversa, la corrupción en todos los niveles, la falta de educación y
formación de cultura urbana, la falta de oportunidades ha generado un
país con ventanas rotas, con muchas ventanas rotas y nadie parece estar
dispuesto a repararlas.
 
La teoría de las ventanas rotas fue  aplicada por primera vez a mediados
de la década de los 80 en el metro de Nueva York, el cual se había
convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó por
combatir las pequeñas transgresiones: graffitis deteriorando el  lugar,
suciedad de las estaciones, ebriedad entre el público, evasiones del
pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. Los resultados fueron
evidentes..
Comenzando por lo pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro.
 
Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, basado
en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia del metro,
impulsó una política de 'tolerancia cero'.
La estrategia consistía en crear  comunidades limpias y ordenadas, no
permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de convivencia urbana.
 
El resultado práctico fue un enorme abatimiento de todos los índices
criminales de la ciudad de Nueva York.
 
La expresión 'tolerancia cero' suena a una especie de solución
autoritaria y represiva, pero su concepto principal es más bien la
prevención y  promoción de condiciones sociales de seguridad.
 
No se trata de linchar al  delincuente, ni de la prepotencia de la
policía; de hecho, respecto de los  abusos de autoridad, debe también
aplicarse la tolerancia cero.
 
No es  tolerancia cero frente a la persona que comete el delito, sino
tolerancia cero frente al delito mismo.
Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley
y de los códigos básicos de la convivencia social humana.    

Es bueno volver a leer esta teoría y de paso difundirla.
 
 
La solución a este problema YO NO LA TENGO, ESTIMADO LECTOR pero he
comenzado a reparar las ventanas de mi casa, estoy tratando de mejorar
los hábitos alimenticios de mi familia, le he pedido a todos los
miembros de la familia que evitemos decir malas palabras delante de
nuestros hijos, también hemos acordado no mentir, ni siquiera mentiras
pequeñas, porque no hay mentiras pequeñas, ni grandes, una mentira es
una mentira y punto, hemos acordado aceptar las consecuencias de
nuestros actos con valor y responsabilidad, pero sobre todo dar una
buena dosis de educación a nuestros hijos, con esto espero comenzar a
cambiar en algo lo que antes hubiera hecho mal, he soñado que los míos
algún día repitan esto el día de mañana, con la finalidad de que los
hijos de mis hijos, o los nietos de mis hijos vean algún día, un nuevo
Mundo, un Mundo sin ventanas rotas

domingo, 14 de marzo de 2010

Palabras desordenadas se pueden leer

Sgeun etsduios raleziaods por una Uivenrsdiad Ignlsea,no ipmotra el odren en el que las ltears etsen ecsritas,la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esetn ecsritas en la psiocion cocrreta.
El retso peuden etsar ttaolmntee mal y aun pordas lerelo sin pobrleams, pquore no lemeos cada ltera en si msima snio cdaa paalbra en un contxetso.

Presnoamelnte,
esto me preace icrneilbe!