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martes, 30 de julio de 2019

La amistad: El Gusano y El Escarabajo


El Gusano y El Escarabajo  eran amigos y se pasaban charlando largas horas.

El escarabajo estaba consciente de que su amigo el gusano era muy
limitado en movilidad, tenía visión muy restringida y era muy tranquilo
y pasivo comparado con los escarabajos.

El gusano, por su parte, estaba muy consciente de que su amigo el
escarabajo venía de otro ambiente, y de que, en comparación con los
gusanos de su especie, comía cosas desagradables, era muy acelerado,
tenía una imagen grotesca y hablaba con mucha rapidez.

Un día, la compañera de vida del escarabajo le cuestionó a éste su
amistad con el gusano, preguntándole cómo era posible que caminara tanto
para ir al encuentro de un ser tan inferior, un ser tan limitado en sus
movimientos…

… y por qué seguía siendo amigo de alguien que ni siquiera le devolvía
los saludos efusivos que el escarabajo le hacía desde lejos.

Pero el escarabajo estaba consciente de que, debido a lo limitado de su
visión, el gusano muchas veces ni siquiera veía que alguien lo saludaba,
y, si acaso llegaba a notarlo, no distinguía si era o no el escarabajo,
y por ello no contestaba el saludo.
Sin embargo, el escarabajo calló para no discutir con su compañera.

Fue tanta la insistencia de la escarabaja y tantos sus argumentos
cuestionando la amistad que su compañero mantenía con el gusano, que el
escarabajo decidió poner a prueba esa amistad alejándose del gusano para
esperar a que éste lo buscara.

Pasó el tiempo, y un día llegó la noticia de que el gusano estaba
muriendo, pues su organismo se había resentido por los esfuerzos que
cada día hacía para ir a ver a su amigo el escarabajo y, como no lo
conseguía durante toda una jornada diurna, el gusano tenía que
devolverse sobre sus pasos para pasar la noche en el refugio de su
propia casa.

Al saber esto, el escarabajo, sin preguntar a su compañera, decidió ir a
ver al gusano.

En el camino se cruzó con varios insectos que le contaron de las diarias
en infructuosas peripecias del gusano para ir a ver a su amigo el
escarabajo y averiguar qué le había pasado.

Le contaron de cómo se exponía
día a día para ir a buscarlo,
pasando cerca del  nido de los  pájaros.
De cómo sobrevivió al ataque  de las  hormigas, y así sucesivamente.

Llegó el escarabajo hasta el árbol donde yacía el gusano esperando ya el
momento final.
Y al verlo a su lado, el gusano, apenas con un hilo de vida, le dijo al
escarabajo cuánto le alegraba ver que se encontrara bien.

Sonrió por última vez y se despidió de su amigo sabiendo que nada malo
le había pasado a éste.

El escarabajo sintió vergüenza por haber permitido que las opiniones de
otros minaran su amistad con el gusano, y sintió dolor por haber perdido
las muchas horas de regocijo que las pláticas con su amigo le
proporcionaban y, sobre todo, por haberle puesto en una situación que le
causó la muerte.

Al final entendió que el gusano, siendo tan diferente, tan limitado y
tan distinto de él, era su amigo, a quien respetaba y quería porque, a
pesar de pertenecer a otra especie, le había ofrecido su amistad.

Y así aprendió varias lecciones ese día:

1)  La amistad está en ti y no en los demás. Si la cultivas en tu propio
ser, encontrarás el gozo del amigo.

2)  El tiempo no condiciona las amistades. Tampoco lo hacen las razas ni
las limitantes propias o las ajenas.

3)  El tiempo y la distancia no son los factores  que destruyen una
amistad. La destruyen las dudas y nuestros temores.

4)  Cuando pierdes un amigo, una parte de ti se va con él. Las frases,
los gestos, los temores, las alegrías, las ilusiones,… todo lo que ambos
compartieron en el tiempo, se va con él.

El escarabajo murió poco después. Nunca se le escuchó quejarse de quien
mal lo aconsejó, pues fue decisión suya el prestar oídos a las críticas
sobre su amigo.

Si tienes un amigo no pongas en tela de juicio lo que él es, pues
sembrando dudas cosecharás temores.
No te fijes demasiado en cómo habla, cuánto tiene, qué come o qué hace,
pues con ello estarás echando en saco roto tu confianza.

Reconoce la riqueza de quien es diferente a ti y, aún así, está
dispuesto a compartir contigo sus ideales y temores.

La esencia del gusano y el escarabajo se volvieron una sola en el plano
más allá de esta vida.

No sé si eres el gusano y yo el escarabajo, o al revés, pero seguro que
somos distintos y que nos movemos en planos diferentes.

Yo, aunque sea gusano, te seguiré buscando día a día; y si fuera
escarabajo, no prestaré oído a las críticas, vengan de donde vengan.

Si fuera gusano, ignoraré lo grotesco que me puedas parecer.

Si fuera escarabajo, haré uso de mis habilidades para servirte.

" Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos ".

"En todo tiempo ama al amigo, y será como un hermano en tiempo de angustia".

Con Cariño para todas mis amistades sin excepción!!!