martes, 22 de febrero de 2011

Chiste: Dr. House o El Corte Inglés?

Juan no tenía problemas y era feliz. Un día empezó a sufrir dolores de cabeza, ligeros al principio, pero que fueron aumentando hasta llegar a ser insoportables.

A los pocos años y cuando su trabajo y su vida empezaron a ser afectados por este problema, Juan se decidió a ir al médico.

El especialista lo examinó, realizó radiografías, muestras de sangre, de heces, de orina, y por fin le dijo:

- Le tengo una noticia buena y una mala. La buena es que puedo curarle sus dolores de cabeza. La mala es que para hacerlo tendré que castrarlo. Usted sufre una rara situación en la que sus testículos oprimen la base de su columna vertebral, y eso le causa dolores de cabeza. La única manera de remediarlo es extirpar sus testículos.

Juan quedó deprimido, pero sus jaquecas empeoraban y desesperado decidió someterse a la operación.

Al salir del hospital, el dolor de cabeza había desaparecido por completo, pero se sentía abatido y desanimado, como si le faltara una parte de sí mismo (obviamente).

- Lo que necesito es un traje nuevo- se dijo

Así que entró en la tienda y pidió un traje. El vendedor lo observó por un momento y dijo:

- Muy bien, talla 44.

- ¡Exacto! ¿Cómo lo supo?.
- Es mi trabajo -repuso el vendedor-.

Juan se probó el traje, que le quedó perfectamente. Mientras se observaba en el espejo, el vendedor le dijo:

- ¿Qué le parece una camisa nueva?

Juan respondió:
- Pues, ¿por qué no?
- Veamos, ha de ser un 34 de mangas y dieciséis de cuello.
- ¿Cómo lo supo?
- Es mi trabajo -repitió el vendedor-.

Juan se puso la camisa y mientras se veía en el espejo, el vendedor le dijo:
- ¿Unos zapatos nuevos?
- Por supuesto -dijo-.

El vendedor echó un vistazo a los pies de Juan.
- Un 42
- ¡Exacto! ¿Cómo lo supo?
- Es mi trabajo -respondió el vendedor-

Mientras Juan admiraba sus zapatos nuevos, el vendedor le preguntó:
- ¿Qué le parece si se lleva también unos calzoncillos nuevos?

Juan por un segundo pensó en la operación que acababa de sufrir, y dijo:
- ¡Buena idea!
- Debe ser calzoncillo de talla 36 -dijo el vendedor

Juan se rió:
- No, se equivoca. He usado talla 34 desde los dieciocho años.

El vendedor negó con la cabeza: -No es posible que use la 34; el calzoncillo estaría demasiado apretado, le presionaría los testículos contra la base de la columna y tendría todo el día un tremendo dolor de cabeza...

Gallego buscando empleo

Cuatro jóvenes recién graduados en cuatro importantes centros tecnológicos del mundo (MIT, Harvard, La Sorbona y la Universidad de La Coruña), solicitan empleo en una gigantesca empresa multinacional ubicada en Nueva York. Al cabo de unos días les llaman para hacer la entrevista con el Director General.

Al llegar, el Director les indica que deberán responder a una única pregunta y que, dependiendo de sus respectivas respuestas, podrá clasificar a cada uno como candidato.

En la entrevista el Director pregunta:
¿Cuál es la cosa más rápida del mundo?

El graduado de MIT contesta:
El pensamiento. .

Y le pregunta el Director:
¿Por qué?

Porque un pensamiento ocurre casi instantáneamente.

El Director le indica que le encanta y cree que es una excelente respuesta.

Pasa entonces al graduado de Harvard, que contesta:
Un parpadeo de ojos.

Explíquese -le pide el Director-.

Porque es tan rápido, que, a veces, ni sentimos cuando lo hacemos.

El Director se queda encantado.

El graduado de la Sorbona responde:
Señor Director, mi respuesta es:
La electricidad.

¿Puede decirme por qué piensa eso?

A lo cual, el de La Sorbona le responde:
Llegamos al interruptor de la luz y podemos, con un ligero movimiento, encender una luz que está siendo generada a 50 Km . de distancia.

Excelente -responde el Director-..

Y ahora le toca a Manolo, el gallego de la Universidad de La Coruña:
Caramba, hombre!... ¡La diarrea!

El Director, confundido, le espeta:
¿Usted está de broma?... ¡¿Qué está diciendo?!

El graduado gallego le contesta:
Anoche he tenío una diarrea tan fuerte, que antes de poder pensar, de parpadear o de encender la luz, ya me había cagao.

¡El empleo es suyo!

LA FRASE DEL AÑO, DICHA POR EL PREMIO NOBEL DE MEDICINA


Esta frase la ha dicho el ganador del Nobel de medicina (el oncólogo brasileño Drauzio Varella).


"En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en
medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para que sirven".