Mostrando entradas con la etiqueta ayuda. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ayuda. Mostrar todas las entradas

jueves, 7 de octubre de 2021

¿QUÉ GANAS AYUDANDO A LOS DEMÁS?

En cierta ocasión le preguntaron a una mujer:
_ ¿Qué ganas ayudando a los demás, si las personas siempre pagan mal?
Ella respondió:
_ Generalmente ′′ no gano nada ", sino ′′ pierdo cosas."
Pierdo el estrés, porque soy feliz al ver sonreír a las personas.
Pierdo la arrogancia, porque ser egoísta destruye el alma.
Pierdo la codicia, así gano el amor por mi misma.
Pierdo la envidia, porque comparto con alguien menos afortunado.
Pierdo mi ira, porque mi corazón se llena de emociones.
Pierdo la impaciencia, la desesperación y el desánimo.
Muchas de las veces ayudamos, ayudamos no para ganar algo, sino para perder cosas que no nos permiten crecer como personas.
Ayudar te elimina el estrés, ayudar te hace sentirte útil.
Hacer un trabajo desinteresado por otros aumenta la autoestima y confianza en ti mismo, porque tienes la capacidad de hacer algo bueno por una persona.
Ayudando recibes más, las personas que dan más, reciben más: por simple ley del "Karma", lo que envías al universo, él te lo retribuye multiplicado. Y DIOS te bendicira siempre por que uno de sus Mandamientos dice:"Ama tu Prójimo como A Ti Mismo" 
Al conocer y ayudar a distintas personas en situaciones menos favorecidas, notarás como tienes más energía y optimismo en tu vida.
Ayudar a quien más necesita es el canal que nos conecta directamente con la vida.  EL  AMOR ES LA CLAVE!! 🤗
Feliz día!!

martes, 29 de marzo de 2011

Chiste: Abogados (abogados por favor no leer)

Una tarde un famoso y acaudalado abogado iba en su limosina, cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo pasto .
Intrigado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar.
Le preguntó a uno de ellos:
- ¿Por qué están comiendo pasto , muchacho?
- No tenemos dinero para comida, señor - dijo el pobre hombre - Tenemos que comer pasto .
- Bueno, entonces vengan a mi casa y yo los alimentaré - dijo el abogado.
- Gracias, don, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquel árbol.
- Que vengan también - dijo el abogado.
Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:
- Usted también vénga, mi amigo.
El hombre, con una voz lastimosa dijo:
- Pero, señor, yo también tengo esposa y seis hijos conmigo.
- Tráelos a ellos también - respondió el abogado.
Entraron todos en el enorme y lujoso carro, lo que no fue fácil, aún tratándose de un automóvil tan grande como la limosina.

Una vez en camino, uno de los pobres tipos miró al abogado y le dijo:
- Señor, usted es muy bueno. Gracias por llevarnos a todos.
El abogado le contestó:

-¡No hombre, no tenga pena, estoy feliz de hacerlo! Les va a encantar mi casa... ¡El pasto está como de metro y medio de alto!

Moraleja: Cuando creas que un abogado te está ayudando, piénsalo dos veces...