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miércoles, 5 de febrero de 2020

¿De dónde vienen los apellidos?

En la antigüedad, no existían los apellidos.
Tomemos la Biblia, por ejemplo…
A los personajes del Antiguo y Nuevo Testamento se les conocía por su nombre: Abraham, Moisés, Pedro, Juan, Mateo, Jesús, María y José. No había tal cosa como Abraham Pérez, Mateo Delgado o José García. (Cuidado: Iscariote no era el apellido del traidor Judas, ni Tadeo el del santo; eran sobrenombres, apodos).

Con el tiempo, las comunidades se poblaban cada vez más y más, y de momento surgían las dudas:

-Llévale este mensaje a Juan.

-¿Cuál Juan?- preguntaba el mensajero.

-Pues Juan, el 'del valle'- explicaba para distinguirlo del otro Juan, el 'del monte'.

En este caso, los apellidos 'del Valle' y 'del Monte', tan comunes hoy día, surgieron como resultado del lugar donde vivían estas personas. Estos se llaman 'apellidos topónimos', porque la toponimia estudia la procedencia de los nombres propios de un lugar. En esa misma categoría están los apellidos Arroyo, Canales, Costa, Cuevas, Peña, Prado, Rivera (que hacen referencia a algún accidente geográfico) y Ávila, Burgos, Logroño, Madrid, Toledo (que provienen de una ciudad en España).

Otros apellidos se originan de alguna peculiaridad arquitectónica con la que se relacionaba una persona. Si tu antepasado vivía cerca de varias torres, o a pasos de unas fuentes, o detrás de una iglesia, o al cruzar un puente, o era dueño de varios palacios, pues ahora entiendes el porqué de los apellidos Torres, Fuentes, Iglesia, Puente y Palacios.

Es posible que hayas tenido algún ancestro que tuviese algo que ver con la flora y la fauna. Quizás criaba corderos, cosechaba manzanas o tenía una finca de ganado. De ahí los apellidos Cordero, Manzanero y Toro.

Los oficios o profesiones del pasado también han producido muchos de los apellidos de hoy día. ¿Conoces a algún Labrador, Pastor, Monje, Herrero, Criado o Vaquero? Pues ya sabes a qué se dedicaban sus antepasados durante la Edad Media.

Otra manera de crear apellidos era a base de alguna característica física, o un rasgo de su personalidad o de un estado civil. Si no era casado, entonces era Soltero; si no era gordo, era Delgado; si no tenía cabello, era Calvo; si su pelo no era castaño, era Rubio; si no era blanco, era Moreno; si tenía buen sentido del humor, era Alegre; si era educado, era Cortés.

Quizás la procedencia más curiosa es la de los apellidos que terminan en -ez, como Rodríguez, Martínez, Jiménez, González, entre otros muchos que abundan entre nosotros los hispanos. El origen es muy sencillo: -ez significa 'hijo de'. Por lo tanto, si tu apellido es González es porque tuviste algún antepasado que era hijo de un Gonzalo. De la misma manera, Rodríguez era hijo de Rodrigo, Martínez de Martín, Jiménez de Jimeno, Sánchez de Sancho, Álvarez de Álvaro, Benítez de Benito, Domínguez de Domingo, Hernández de Hernando, López de Lope, Ramírez de Ramiro, Velázquez de Velasco, y así por el estilo.

Así mismo ocurre en otros idiomas: Johnson es hijo de John en inglés (John-son); MacArthur es hijo de Arthur en escocés; Martini es hijo de Martin en italiano.

Ya ves: es así como, poco a poco, durante la Edad Media, comienzan a surgir los apellidos. La finalidad era, pues, diferenciar una persona de la otra. Con el tiempo, estos apellidos tomaron un carácter hereditario y pasaron de generación en generación con el propósito de identificar no solo personas, sino familias.

miércoles, 9 de enero de 2019

Firma: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo

Un profesional desempleado
despertó una mañana
y revisó su bolsillo.
Todo lo que le quedaba
 eran $10.
Decidió utilizarlos
para comprar comida
y esperar así la hora de morir,
Ya que era
demasiado orgulloso
como para pedir limosna.

Estaba tan frustrado
por no encontrar empleo
y no tenía a Nadie disponible
para Ayudarle.

Compró su comida
y en cuanto se sentó a comer,
     un Anciano y
   dos pequeños Niños
se le acercaron
   y le pidieron
que les diera comida,
Ya que No habían comido
en casi una semana.

El profesionista los miró.
Estaban tan flacos que
se les notaban los huesos.
Sus ojos se les habían hundido.

Con el último pedazo
de Compasión
que le quedaba,
les dió Su comida.

El Anciano y los Niños
Oraron para que Dios le diera
   Bendiciones y Prosperidad,
y le dieron
una Moneda Muy Antigua.
El joven profesionista les dijo:
"ustedes necesitan esa Oración
 más que Yo".

Sin dinero, sin empleo
  y sin comida,
el joven
fue debajo de un puente
a descansar y esperar
la hora de su muerte.

Estaba a punto
de quedarse dormido,
cuando vió
un Viejo Periódico en el suelo
Lo levantó, y de repente
leyó un anuncio:
  para los que tuvieran
      Monedas Antiguas
las llevaran a cierta dirección.

Decidió ir a ese lugar
con la Moneda Antigua
que el Anciano le dió.

Al llegar al lugar,
le dió la Moneda
al propietario del lugar.
El propietario Gritó,
sacó un gran libro
y le mostró al joven graduado
una foto.

Era la misma Moneda,
cuyo valor era de
 3 millones de dólares.

El joven graduado
estaba muy emocionado
mientras el propietario
le dio una ficha bancaria
por los 3 millones.
El joven cobró el dinero
y se fue en búsqueda
del Anciano y los Niños.

Para cuando llegó
a donde los dejó comiendo,
ya No estaban.
Le preguntó al dueño
de una cantina cercana
si los conocía.
El dueño le dijo que
No los conocía,
pero que le habían dejado
una nota.
Rápidamente abrió la nota
pensando que averiguaría
dónde encontrarlos.

Esto era lo que la nota decía:

"Nos diste Todo lo que tenías,
  y te hemos Recompensado
  con la Moneda,
 firma:
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo