Después de meter todo el equipaje
del Papa FRANCISCO en la limusina,
el chófer se da cuenta que el Papa
aún está parado en el borde de la
acera.
- Disculpe Su Santidad, dice el
conductor, ¿podría por favor tomar
asiento y así poder partir?
- Verás hijo, dice El Papa, la verdad
es que nunca me dejaron conducir
en el Vaticano cuando fui cardenal,
y realmente me gustaría hacerlo
hoy.
- Lo siento Su Santidad, pero no le
puedo dejar conducir, perdería mi
trabajo... ¿Y qué si pasara algo?,
dice el chófer.
- ¿Quién va a saberlo? Además,
podría haber algo extra para ti, dice
El Papa, con una sonrisa.
Reacio, el chófer se sienta atrás y el
Papa salta al volante. El chófer se
arrepiente rápidamente de su
decisión cuando, nada mas salir del
aeropuerto el Pontífice pisa a fondo
acelerando la limusina a 180 km/h.
- ¡Por favor reduzca la velocidad Su
Santidad! suplica el preocupado
chófer,
Pero el Papa hunde el pie hasta que
se escucha la sirena de la policía.
- ¡¡¡Oh, Dios mío, voy a perder mi
licencia y mi trabajo!!! se lamenta el
pobre conductor.
El Papa se detiene a un lado y baja
la ventanilla mientras el policía se
acerca, pero cuando el policía le
echa un vistazo regresa a su
motocicleta y llama por radio.
- ¡Necesito hablar con el jefe!
El jefe se pone al aparato y el
policía le dice que detuvo a una
limusina que iba como las balas.
- Arréstalo, dice el jefe.
- No creo que podamos hacer eso,
él tipo es realmente importante,
dice el policía.
Y el jefe exclama:
- ¡Con más razón!
- No, realmente es importante, dice
el policía con insistencia.
Entonces el jefe pregunta:
- ¿A quién tienes ahí, al Alcalde?
- Este... MAS !!!
- Al Gobernador?
- Mmm... Peor.
- Mierda -dice el jefe- ¿Quién es el
tipo?
- Creo que es Dios...
- ¿...?
Desconcertado el jefe le pregunta:
- ¿Y porque piensas que es Dios?
- ¡¡¡ Porque tiene al Papa de
chofer... !!!
Jajajajajaja 😂🤣🤣😂
Un blog destinado a la coleccion de los mejores chistes y curiosidades que llegan por email. Videos, fotos, imagenes y mucho más
lunes, 11 de septiembre de 2017
sábado, 9 de septiembre de 2017
Reflexion: Capitalismo vs Socialismo
"Un sujeto observó mi Corvette el otro día y dijo: "Me pregunto a
cuantas personas podrías haber alimentado con el dinero que costó este
auto deportivo?".
Yo respondí que no estaba seguro, porque mi auto deportivo ya había
alimentado a muchísimas familias en "Bowling Green, Kentucky" donde fue
construido. Le dió de comer a las personas que hicieron las llantas, le
dió de comer a las personas que hicieron los componentes para armarlo,
le dió de comer a las personas de la mina de cobre que extrajeron el
cobre para sus cables, le dió de comer también a gente de "Decatur, IL"
en la empresa Caterpillar, quienes hacen los camiones que transportan
las piedras y lingotes de cobre. Le dió de comer a los choferes que lo
llevaron de la planta a la agencia y a sus familias. PERO... Debo
admitir, que no sé a cuántas personas llegó a alimentar.
Esa es la diferencia entre la mentalidad capitalista y la del
asistencialismo.
Cuando compras algo, tú pones dinero en los bolsillos de la gente y
dignificas su trabajo y sus habilidades. En cambio cuando le das algo a
alguien por nada, les robas su dignidad y su auto valoración. El
capitalismo es darle libremente tu dinero a alguien a cambio de cosas de
valor. Socialismo es tomar dinero de otros a la fuerza, contra la
voluntad de algunos, y asignar los productos que todos deben adquirir a
la fuerza."
P.D.: NO SE QUIEN ESCRIBIO ESTO PERO QUE BUENA REFLEXION
cuantas personas podrías haber alimentado con el dinero que costó este
auto deportivo?".
Yo respondí que no estaba seguro, porque mi auto deportivo ya había
alimentado a muchísimas familias en "Bowling Green, Kentucky" donde fue
construido. Le dió de comer a las personas que hicieron las llantas, le
dió de comer a las personas que hicieron los componentes para armarlo,
le dió de comer a las personas de la mina de cobre que extrajeron el
cobre para sus cables, le dió de comer también a gente de "Decatur, IL"
en la empresa Caterpillar, quienes hacen los camiones que transportan
las piedras y lingotes de cobre. Le dió de comer a los choferes que lo
llevaron de la planta a la agencia y a sus familias. PERO... Debo
admitir, que no sé a cuántas personas llegó a alimentar.
Esa es la diferencia entre la mentalidad capitalista y la del
asistencialismo.
Cuando compras algo, tú pones dinero en los bolsillos de la gente y
dignificas su trabajo y sus habilidades. En cambio cuando le das algo a
alguien por nada, les robas su dignidad y su auto valoración. El
capitalismo es darle libremente tu dinero a alguien a cambio de cosas de
valor. Socialismo es tomar dinero de otros a la fuerza, contra la
voluntad de algunos, y asignar los productos que todos deben adquirir a
la fuerza."
P.D.: NO SE QUIEN ESCRIBIO ESTO PERO QUE BUENA REFLEXION
martes, 5 de septiembre de 2017
CUANDO LOS PADRES NOS QUEDAMOS HUERFANOS (Autor desconocido)
Hay un período cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos. Es
que los niños crecen independientemente de nosotros, como árboles
murmurantes y pájaros imprudentes. Crecen sin pedir permiso a la vida.
Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.
Pero no crecen todos los días, crecen de repente.
Un día se sientan cerca de ti y con una naturalidad increíble te dicen
cualquier cosa que te indica que esa criatura de pañales, ¡ya creció!
¿Cuándo creció que no lo percibiste? ¿Dónde quedaron las fiestas
infantiles, el juego en la arena, los cumpleaños con payasos?
El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.
Ahora estas allí, en la puerta de la discoteca esperando no sólo que no
crezca, sino que aparezca. Allí están muchos padres al volante esperando
que salgan. Y allí están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas. Con
el uniforme de su generación y sus incómodas y pesadas mochilas en los
hombros. Allá estamos nosotros, con los cabellos canos. Y esos son nuestros
hijos, los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escasas
cosechas de paz, de las malas noticias y la dictadura de las horas. Ellos
crecieron amaestrados, observando y aprendiendo con nuestros errores y
nuestros aciertos. Principalmente con los errores que esperamos no se repitan.
Hay un periodo en que los padres vamos quedando huérfanos de los hijos. Ya
no los buscaremos más en las puertas de las discotecas y del cine. Pasó el
tiempo del piano, el fútbol, el ballet, la natación. Salieron del asiento
de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.
Deberíamos haber ido más junto a su cama, al anochecer, para oír su alma
respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia,
y a los adolescentes, cubrecamas de aquellas piezas con calcomanías,
afiches, agendas coloridas y discos ensordecedores. Pero crecieron sin que
agotáramos con ellos todo nuestro afecto. Al principio fueron al campo, la
playa, navidades, pascuas, piscinas y amigos. Sí, había peleas en el auto
por la ventana, los pedidos de la música de moda. Después llegó el tiempo
en que viajar con los padres comenzó a ser un esfuerzo, un sufrimiento, no
podían dejar a sus amigos y primeros enamorados.
Quedamos los padres exiliados de los hijos. Teníamos la soledad que siempre
deseamos, y nos llegó el momento en que sólo miramos de lejos, oramos mucho
(en ese momento se nos había olvidado) para que escojan bien en la búsqueda
de la felicidad y conquisten el mundo del modo menos complejo posible.
El secreto es esperar. En cualquier momento nos darán nietos. El nieto es
la hora del cariño ocioso y la picardía no ejercida en los propios hijos.
Por eso, los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable
cariño. Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.
Así es. Los seres humanos sólo aprendemos a ser hijos después de ser
padres; sólo aprendemos a ser padres después de ser abuelos. En fin,
pareciera que sólo aprendemos a vivir después de que la vida se nos va
pasando...Pero la verdad es que amamos profundamente a nuestros hijos y
nietos.! Dios los bendiga por siempre.!! 😘👍
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http://www.aqua-mail.com
que los niños crecen independientemente de nosotros, como árboles
murmurantes y pájaros imprudentes. Crecen sin pedir permiso a la vida.
Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.
Pero no crecen todos los días, crecen de repente.
Un día se sientan cerca de ti y con una naturalidad increíble te dicen
cualquier cosa que te indica que esa criatura de pañales, ¡ya creció!
¿Cuándo creció que no lo percibiste? ¿Dónde quedaron las fiestas
infantiles, el juego en la arena, los cumpleaños con payasos?
El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.
Ahora estas allí, en la puerta de la discoteca esperando no sólo que no
crezca, sino que aparezca. Allí están muchos padres al volante esperando
que salgan. Y allí están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas. Con
el uniforme de su generación y sus incómodas y pesadas mochilas en los
hombros. Allá estamos nosotros, con los cabellos canos. Y esos son nuestros
hijos, los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escasas
cosechas de paz, de las malas noticias y la dictadura de las horas. Ellos
crecieron amaestrados, observando y aprendiendo con nuestros errores y
nuestros aciertos. Principalmente con los errores que esperamos no se repitan.
Hay un periodo en que los padres vamos quedando huérfanos de los hijos. Ya
no los buscaremos más en las puertas de las discotecas y del cine. Pasó el
tiempo del piano, el fútbol, el ballet, la natación. Salieron del asiento
de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.
Deberíamos haber ido más junto a su cama, al anochecer, para oír su alma
respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia,
y a los adolescentes, cubrecamas de aquellas piezas con calcomanías,
afiches, agendas coloridas y discos ensordecedores. Pero crecieron sin que
agotáramos con ellos todo nuestro afecto. Al principio fueron al campo, la
playa, navidades, pascuas, piscinas y amigos. Sí, había peleas en el auto
por la ventana, los pedidos de la música de moda. Después llegó el tiempo
en que viajar con los padres comenzó a ser un esfuerzo, un sufrimiento, no
podían dejar a sus amigos y primeros enamorados.
Quedamos los padres exiliados de los hijos. Teníamos la soledad que siempre
deseamos, y nos llegó el momento en que sólo miramos de lejos, oramos mucho
(en ese momento se nos había olvidado) para que escojan bien en la búsqueda
de la felicidad y conquisten el mundo del modo menos complejo posible.
El secreto es esperar. En cualquier momento nos darán nietos. El nieto es
la hora del cariño ocioso y la picardía no ejercida en los propios hijos.
Por eso, los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable
cariño. Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.
Así es. Los seres humanos sólo aprendemos a ser hijos después de ser
padres; sólo aprendemos a ser padres después de ser abuelos. En fin,
pareciera que sólo aprendemos a vivir después de que la vida se nos va
pasando...Pero la verdad es que amamos profundamente a nuestros hijos y
nietos.! Dios los bendiga por siempre.!! 😘👍
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