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miércoles, 18 de noviembre de 2020

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia - Esposas

- Mujer: ¿A donde vas?
 Hombre: Salgo un ratito..
 M: ¿Te llevas el auto?
 H: Sip
 M: ¿Tiene gasolina?
 H: Si, ya le puse.
 M: ¿Vas a tardar mucho?
 H: No, una horita más o menos
 M: ¿Adonde vas?
 H: No sé... por ahí... solo a dar una vuelta..
 M: Y... ¿no prefieres ir caminando?
 H: No, me voy en el auto
 M: ¿Me traes un helado?
 H: ¿De qué lo quieres?
 M: De mango
 H: Bien, de regreso paso a la heladería y te lo traigo
 M: ¡¿De regreso?!
 H: ¡Si!... porque sino se derrite
 M: ¿Por qué no vas ahora, vuelves y me lo dejas?
 H: Mejor a la vuelta... va a ser mejor
 M: ¡coño... vale...!
 H: Cuando vuelva tomamos el helado juntos
 M: Pero no te gusta el mango
 H: Me compro otro
 M: ¡Trae de vainilla!
 H: Tampoco me gusta la vainilla
 M: ¡Trae de chocolate entonces!, que nos gusta a los dos
 H: ¡Ok!... besos, vuelvo en un rato
 M: ¡Oye...!
 H: ¡¿Qué?!
 M: Mejor chocolate no... ¡Trae fresa!
 H: ¡No me gusta la fresa!
 M: Entonces tráeme mango a mí y tú el que quieras
 H: Fue lo que dije desde el principio...
 M: ¿Estas siendo irónico?
 H: Oh!!! no... ya me voy...
 M: Dame un beso!
 H: bueno... (beso)
 M: ¿Vas en tu auto o en el mío?
 H: En el mío
 M: Usa el mío, tiene cd. El tuyo no...
 H: No quiero oir música, voy a despejarme un poco...
 M: ¿Necesitas despejarte?
 H: ¡No sé!... Cuando regrese te digo.
 M: ¡No tardes!
 H: No tardo... (abre la puerta)
 M: ¡Amor...!
 H: ¡¿Y ahora qué?!.....
 M: ¡Uuuyyy! ¡Que grosero!...
 H: Amor... ¡Estoy intentando irme y no me dejas!
 M: ¿Por qué quieres ir solo? ¿Te vas a encontrar con alguien?
 H: ¡¿Qué quieres decir?!
 M: ¡Nada, nada...! olvídalo...
 H: ¡Ven acá! (cariñoso)... ¿Crees que te estoy engañando con alguien?
 M: ¡No... claro que no!... pero ya sabes como son...
 H: ¿Cómo son qué?
 M: ¡Los hombres!
 H: ¿Estás generalizando o estás hablando de mí?
 M: Estoy generalizando
 H: Entonces no me lo apliques. Sabes que no te haría algo así.
 M: Está bien... vete entonces.
 H: Ya! Ya! ya me fui!!!!
 M: Oye...
 H: ¡AY POR DIOS!... ¡¿Qué?!
 M: Llévate el celular...
 H: ¿Para qué?... ¿Para que me estés llamando constantemente?
 M: ¡No!... Por si pasa algo.
 H: No te preocupes...
 M: ¡Ok, ok...! Perdóname por la desconfianza... ¡Es que te extraño!
 H: Está bien. No quise contestarte así. ¡Te amo!
 M: ¡Yo también!
 M: ¿Puedo usar tu celular?
 H: ¿Para qué?
 M: ..¡Los jueguitos!
 H: ¿Quieres mi celular para jugar?
 M: Si
 H: Usa la computadora, hay un montón de juegos ahí.
 M: No entiendo ese aparato...
 H: ¿Y para qué me hiciste que te la comprara el mes pasado?
 M: No importa... entonces llévate el celular porque si no lo voy a usar…
 H: Úsalo... no hay nada importante en él.
 M: ¿Si?...
 H: ¡Sí!
 M: ¿Dónde está?
 H: ¿Qué cosa?
 M: ¡Lo que debería estar en el celular y no está!
 H: ¡¿Qué?!
 M: ¡Nada!... ¡Olvídalo!
 H: ¿Estás enojada?
 M: No, no estoy.
 H: ¡...Entonces me voy!
 M: ¡Amor....!
 H: ¡¡¿¿QueeeeEEEEÉ!!??
 M: ¡Ya no quiero helado!
 H: ¡¿Ah no?!
 M: ¡No!
 H: (Un suspiro)... Ok...Ok.. Ya no voy a salir!
 M: ¿Ah sí?
 H: ¡Sí!
 M: ¿Entonces te quedas conmigo?
 H: ¡No!, ¡Me aburriste!! Me voy a dormir!
 M: ¿Estás enojado?
 H: ¡Sí!
 M: ¿Y POR QUE MEJOR NO TE VAS A DAR UNA VUELTA PARA DESPEJARTE?.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Coincidencia: Los impuestos y el rey

Cuentan que en los tiempos de los últimos reyes de Francia, antes de la
Revolución Francesa, durante el "despotismo" cuando el Rey era "el Estado",
un recaudador de impuestos se acercó a su rey con la nueva propuesta para
aumentar la recaudación de impuestos.
El recaudador proponía cobrar más impuestos a los ricos del reino.
Entonces el rey, muy complaciente, viendo la ingenuidad de su subordinado
le dijo:
"No, mi querido súbdito.
A los ricos no.
Casi todos son mis amigos y si los enojamos ya no me van a invitar a
fiestas, francachelas, bautizos, bodorrios, etc.
Todos ellos y nosotros somos gente bella, y no les podemos hacer eso.
Además …
¿Cuántos ricos hay en el reino?
¿Cuánto más podríamos recaudar?
No, no, no.
Eso ni pensarlo.
Además, ellos tienen dinero y el poder y se nos pueden marchar a otro reino
llevándose todo.
Pero te lo agradezco y perdono, porque no tienes el conocimiento que yo tengo".
Se fue el recaudador, agitado a preparar una nueva propuesta.
Cuando se la presentó al rey éste dijo:
"¿A los pobres?
Noooooo, mi querido súbdito, tampoco.
A esos ¿de dónde les podemos sacar impuestos?
Apenas tienen para comer.
Además muchos de ellos son pobres por flojos, por ignorantes, por viciosos;
nunca saldrán de su pobreza.
No, con ellos no te metas.
Déjalos como están.
Así viven contentos y tranquilos; sin ambiciones.
No hay que alborotarlos.
Además, son los que votan."
Entonces el subordinado ya todo desorientado le preguntó al rey:
"Entonces, su majestad, oriénteme, ¿Qué me sugiere para poder recaudar más
impuestos para la corona?"
Y el rey le dijo:
"Cóbrales más a los de la clase media, a los burgueses, a los
profesionales, a los comerciantes, a los académicos, a los científicos, a
los músicos, etc. A esos sí".
Y el recaudador contestó:
"Pero su majestad, a ellos ya les estamos cobrando impuestos.
A ellos siempre les aumentamos los impuestos.
Se van a enojar".
Y el rey le contestó:
"Es posible, pero la clase media tiene algo que las otras clases no tienen:
tienen sueños y ambiciones.
Su mayor sueño es ser ricos algún día.
Y por lo mismo estudian y estudian; trabajan, y trabajan, y trabajan.
Y sí, se van a molestar por tener que pagar más impuestos, pero su sueño
será superior a su enojo, y por lo mismo van a seguir estudiando y
estudiando, trabajando y trabajando, con la ilusión de llegar a ser ricos
algún día.
Pero tampoco nos conviene que lleguen a ser ricos porque luego, ¿Quién
pagaría impuestos?
Por esas razones a ellos hay que cobrarles más impuestos.
Recuerda, los pobres votan, la clase media paga impuestos y los ricos son
los dueños de todo lo que tenemos, nos celebran y nos invitan a sus fiestas".
El recaudador quedó impresionado de la sabiduría y agudeza mental de su
majestad, y se fue a cobrar más impuestos a la clase media.
Cualquier coincidencia con la vida real es pura imaginación.

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