martes, 20 de septiembre de 2011

Historia: El tren de la vida


La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros…

Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado…  Pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su amor irreemplazable...

No obstante, muchas otras personas que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida...  Nuestros hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida...

Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo… Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados…

Muchos al bajar, dejan un vacío permanente… otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos...

Es curioso ver como algunos pasajeros, aún los seres queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro… Durante todo el trayecto están separados, sin que exista ninguna comunicación… 

Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte…  De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar…

El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas...  

Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer. En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos… pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda.
El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado.

A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...?  Separarme de los amigos que hice en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje.

Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.

Amigos…hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena.

“Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida”

FELIZ VIAJE A MI QUERIDA FAMILIA !!!

Chiste: Humor Sexual

UN BUEN CATÓLICO
Un hombre mayor, italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse.
Cuando el sacerdote abrió el tablero del confesionario, el hombre dijo:
- Padre... Durante la Segunda Guerra Mundial, una mujer bonita golpeó a mi puerta y me pidió que la escondiera del enemigo. Así que yo la escondí en mi sótano.
- ¡Esa fue una cosa maravillosa que has hecho, hijo! - contestó el sacerdote- No tienes la necesidad de confesar eso.
- No Padre, es que ella empezó a agradecerme con  favores sexuales.
- Estando en gran peligro y bajo esas circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así. Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado de hecho.
- Gracias, Padre. Esa es una gran carga que le saca a mi alma . Pero tengo una duda más.
- ¿Y cuál es, hijo?
- ¿Cree Ud. que debería decirle que la guerra ha terminado?

MILAGRO
Un anciano entra al confesionario y dice al cura:
- Padre, tengo 80 años, estoy casado, tengo cuatro hijos y 11 nietos, y anoche tuve una aventura. Hice el amor a dos chicas de 21 años. A las dos. Dos veces.
- Bueno, hijo mío, ¿Cuál fue la última vez que te has confesado?
- Nunca padre, soy judío.
- Entonces, ¿Por qué me estas confesando esto?
- ¿Confesando, padre? ¡¡¡Se lo estoy contando a todo el mundo!!!

GREGORIO EL SEMENTAL
 
Una mujer en el confesionario:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el atardecer.
- Pues en penitencia, rezas tres padrenuestros y dejas 20 dólares de limosna.
Más tarde otra mujer:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el amanecer.
- Pues en penitencia, rezas 10 padrenuestros, y echas 30 dólares de limosna.
 Más tarde otra nueva mujer:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor todo el día.
- ¡Pero esto no puede ser!, rezas 20 padrenuestros y echas 50 dólares de limosna.
 Más tarde:
- Padre...
- Sí, tu también has conocido a Gregorio y habías estado haciendo el amor...
- No, padre. Yo soy Gregorio... O vamos a medias en la limosna, o me llevo a todas las mujeres a otra parroquia.

Ascenso
En el Ministerio de Defensa había un General de Brigada que estaba loco por una hermosa Capitán.
Se acerca a ella y le dice:
-  Mañana me ascienden a General de División, y voy a tener a mi cargo el mando de personal.
Si accedes a hacer el amor conmigo, te asciendo inmediatamente.
La Capitán le contesta que sí, y cuando ya estaban en la cama, en pleno acto, ella le pregunta:
-  ¿A qué grado me va a ascender, mi General?
El General le responde:
-  A Cabo Primero.
-  ¡¡¡Cómo que a Cabo Primero, si yo ya soy Capitán!!!
-  ¡No, mujer!, que acabo primero y después hablamos.

La Monja y el Cura
-  Pepito: ¿Qué era tu papá antes de casarse?
-  Era Cura, señorita.
-  ¿Y tu mamá?
-  Era monja, señorita.
-  ¿Entonces colgaron los hábitos?
-  No señorita, sólo se los subieron un poco.

LA PRIMERA VEZ
Una adolescente se le acerca a su madre y le pregunta:
-  Mamá ¿Cómo es tener sexo por primera vez?
-  ¡Bueno hija, el sexo la primera vez es como tener una muela floja!
La niña intrigada pregunta:
-  ¿Cómo es eso?
La madre le dice: -  Duele mucho, ¡¡¡pero no quieres que te la saquen!!!

lunes, 19 de septiembre de 2011

Chiste-anecdota: Un cafecito (ANÉCDOTA CON LECCIÓN DE VIDA)

En la facultad de Medicina, el profesor se dirige a un alumno y le pregunta:
- Cuántos riñones tenemos?
- Cuatro! - responde el alumno.
- Cuatro? - replica el profesor, arrogante, de esos que sienten placer en pisotear los errores de los alumnos.
- Traiga un fardo de pasto, pues tenemos un asno en la sala - le ordena el profesor a su auxiliar.
- Y para mí un cafecito! - replicó el alumno al auxiliar del maestro.
El profesor se enojó y expulsó al alumno de la sala. El alumno era el humorista Aparício Torelly, conocido como el Barón de Itararé (1895-1971)
Al salir de la sala, todavía el alumno tuvo la audacia de corregir al furioso maestro:
- Usted me preguntó cuántos riñones 'tenemos'. Tenemos cuatro: dos míos y dos suyos. Porque 'tenemos' es una expresión usada para el plural. Que tenga un buen provecho y disfrute del pasto.