Al visitar el Palacio de Versalles en París, se observa que el suntuoso
palacio no tiene baños.
En la Edad Media y Moderna , no había cepillos de dientes, desodorantes,
y mucho menos papel higiénico. Los excrementos humanos eran lanzados por
las ventanas del palacio.
Las personas de esa época se sacudian ligeramente o abanicaban todo
el tiempo en reuniones ...
La explicación no está en el calor, sino en el mal olor que emitían
debajo de las faldas (que fueron hechas a propósito para contener el
olor de las partes íntimas, ya que no había higiene). Tampoco era
costumbre ducharse debido al frío y la casi inexistencia de agua
corriente. Solo los nobles tenían lacayos para abanicarlos, y así
disipar el mal olor que exhalaban el cuerpo y la boca, además de
ahuyentar a los insectos.
Los que han estado en Versalles han admirado los enormes y hermosos
jardines que, en ese momento, no solo se contemplaban, sino que se
usaban como retrete en las famosas bacanales promovidas por la
monarquía, porque no había baños.
En la Edad Media y Moderna, la mayoría de las bodas se realizaban en
junio (para ellas, el comienzo del verano). La razón es simple: el
primer baño del año se tomaba en mayo; así que en junio, el olor de la
gente todavía era tolerable. Sin embargo, como algunos olores ya
comenzaban a molestar, las novias llevaban ramos de flores cerca de sus
cuerpos para cubrir el hedor. De ahí la explicación del origen del ramo
de novia.
Los baños se tomaban en una sola bañera enorme llena de agua caliente.
El jefe de la familia tenía el privilegio del primer baño en agua
limpia. Luego, sin cambiar el agua, llegaban los demás en la casa, en
orden de edad, mujeres, también por edad y, finalmente, niños. Los bebés
eran los últimos en bañarse. Cuando llegaba su turno, el agua en la
bañera estaba tan sucia que era posible que luego moriera debido a una
infección, Lo cual acentuaba la costumbre de no bañarse por ser buena
para la salud.
Los que tenían dinero tenían platos de lata. Ciertos tipos de alimentos
oxidaban el material, causando que muchas personas mueran por
envenenamiento.
Recordemos que los hábitos higiénicos de la época eran terribles. Los
tomates, siendo ácidos, se consideraron venenosos durante mucho tiempo,
las tazas de lata se usaban para beber cerveza o whisky; esta
combinación, a veces, dejaba al individuo "en el piso" (en una especie
de narcolepsia inducida por la mezcla de bebida alcohólica con óxido de
estaño). Alguien que pasara por la calle pensaría que estaba muerto, así
que recogían el cuerpo y se preparaba para el funeral. Luego se colocaba
el cuerpo sobre la mesa de la cocina durante unos días y la familia se
quedaba mirando, comiendo, bebiendo y esperando a ver si el muerto se
despertaba o no. De ahí la que a los muertos se les vela (velatorio o
velorio), que es la vigilia al lado del ataúd.
Inglaterra es un país pequeño, donde no siempre había lugar para
enterrar a todos los muertos. Luego se abrían los ataúdes, se extraían
los huesos, se colocaban en osarios y la tumba se usaba para otro
cadáver. A veces, al abrir los ataúdes, se notaba que había rasguños en
las tapas en el interior, lo que indicaba que el hombre muerto, de
hecho, había sido enterrado vivo. Así, al cerrar el ataúd, surgió la
idea de atar una tira de la muñeca del difunto, pasarla por un agujero
hecho en el ataúd y atarla a una campana. Después del entierro, alguien
quedaba de servicio junto a la tumba durante unos días. Si el individuo
se despertaba, el movimiento de su brazo haría sonar la campana. Y sería
"salvado por la campana" , que es popular expresión utilizada por
nosotros hasta hoy.