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domingo, 5 de marzo de 2023

El tenis por Foster Wallace

El tenis  es una especie de "ajedrez en carrera", un ajedrez físico y donde no  la mente tiene que resolver sino también el cuerpo.  El tenis es "el deporte mas hermoso que existe y también el más exigente" ya que "requiere control corporal, coordinación mano-ojo, rapidez, velocidad máxima, resistencia, y una extraña mezcla de precaución y abandono que llamamos valentía". Un juego eminentemente psicológico pero en constante movimiento, el deporte perfecto para un escritor.
Los límites de la cancha de tenis, las líneas de base y la red son una metáfora perfecta de la vida, de su "expansión infinita hacia adentro". Un deporte donde el verdadero oponente no es el que está del otro lado de la red, a quien describe como "un compañero de baile", sino el mismo jugador y sus propios límites. En la competencia contra uno mismo radica la belleza del tenis, al igual que la de la buena literatura.
Foster Wallace

jueves, 28 de abril de 2022

El Tenis... Escuela de la vida 🎾🎾

Quiero compartir el siguiente mensaje, enviado por un buen amigo

El Tenis... Escuela de la vida 🎾🎾

A veces me preguntan por qué es que disfruto tanto el Tenis. Y es que
además de tener la posibilidad de disfrutarlo con las personas que mas
quiero en la vida, lo puedo disfrutar con grandes amigos, hacer nuevos
amigos, pero sobre todo ser mejor ser humano, respetando y honrando el
juego. Comparto aquí lo que he leído respecto algunas pocas cosas que el
tenis nos enseñaría si fuera la escuela.

Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría una gran vida.  Nos
enseñaría a saludar, a ser pacientes, a cumplir normas,  a respetar, a
seguir reglas de etiqueta, reglas de cortesía.

Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría a tener y seguir un orden, a
ser puntual, a guardar silencio y estarse quieto cuando es requerido.

Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría a mantener la calma,
desarrollar el temple, vivir el aquí y el ahora sin atormentarnos por el
pasado o aterrarnos por el futuro. Cada golpe a la vez!

Si el Tenis fuera la escuela, defintivamente nos enseñaría  a ser justos
y correctos. Nos enseñaría a ser honrados, no tan sólo con los rivales
sino con nosotros mismos.  Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría a
asumir nuestras responsabilidades y afrontar las adversidades, a pensar
bajo presión, y a no buscar culpables de nuestras incapacidades o
propias decisiones.

Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría a respetar a nuestros
semejantes, a tener compromiso, el valor de la perserverancia, a
cooperar y ayudar a los demás y ser ejemplo para nosotros mismos y por
ende a los demás.

Si el Tenis fuera la escuela, veríamos con más sencillez la vida y
definitivamente seríamos todos mejores personas.

Saludos a todos mis amigos que cuentan con la dicha y fortuna de
disfrutar enormente el juego, deseándoles que sean muchísimos sets y
años de disfrutarlo.

Puede ser que el Tenis sea para viejitos, niños, jóvenes, adultos, pero
definitivamente es una excelente vía para sanar y madurar el alma.

A jugar Tenis, cualquier día , cualquier hora, con cualquier clima, con
un excelente amigo o contigo mismo.

Nos vemos en la cancha!!!!!  🎾🏸😃👍🎾🎾🎾🎾

domingo, 24 de abril de 2022

CARTA DE UN HIJO/A TENISTA A SUS PADRES

CARTA DE UN HIJO/A TENISTA A SUS PADRES

https://www.asics.com - Por Enrique Guldberg - Tennis Coach & Academy Founder

Esta no es una carta real, aunque si es una recopilación de sentimientos y comentarios reales expresados por jugadores en sesiones de terapia. El tenis es un deporte extraordinario más allá de rankings, títulos y fama. El placer de pegarle a la pelota es el mismo para mí, que para Federer o Nadal. Esta carta es una invitación a preservar el espíritu del tenis, la esencia, que no es otra que intentar que cada día ser mejor que el anterior.

Queridos padres:

Yo no sé lo que significa ser padre o madre, aún no me ha llegado ese momento. Entiendo y también siento que buscaron y buscan lo mejor para mí. Aunque a veces en esa búsqueda, se olvidaron de preguntarme lo que pienso, siento y necesito.

Todo empezó cuando me regalaron la primera raqueta… …cuando correr y pegarle a la pelota era un juego y un desafío estimulante. 

En ese momento, lo único que ocupaba mi cabeza era la idea de golpear la pelota al otro lado de la red de cualquier manera. Todo era simple, el placer estaba en el hecho de jugar, de sentir el impacto de la pelota en mi raqueta y enviarla al otro lado cada vez mejor.

Les pedí ir a la escuela de tenis del club, me encantaba jugar con mis amigos. Pasado un tiempo les rogué ir más veces, quería más porque disfrutaba y aprendía mucho. Cuando estaba en la cancha de tenis, sentía que era el único lugar donde quería estar.

Poco a poco lo fui haciendo mejor, y sentía cómo mi juego hacía que Uds. se sintieran orgullosos de mí. Me sentía feliz por hacerlos felices. ¿Qué más puede pedir un niño que el amor y el reconocimiento de sus padres? Mientras mejor lo hacía, más reconocido me sentía, mejores raquetas, mejor ropa y más cariño.

Llegó el momento en que jugué mi primer torneo. Recuerdo mi primer partido, tenía una mezcla de miedo, excitación, motivación y curiosidad. Todo era nuevo, pero Uds. estaban allí, ¿qué podía pasar? Cuando empezó el partido, lo primero que hice fue mirarlos, buscar en vuestra mirada el cariño, el soporte y por supuesto, vuestra felicidad. Me quedé preocupado viendo que vuestros rostros no expresaban lo de siempre, no estaban felices, estaban nerviosos.

No me preocupé en ese momento, sabía que yo tenía el poder de hacerlos felices si jugaba. Hasta ahora, mi juego, mi diversión, mi pasión siempre los había hecho sonreír.

Empezó el partido, no fue fácil, no por el juego, si no por Uds. Yo no comprendía nada. Por un lado, tenía que jugar contra mi oponente y por otro lado sentía que había perdido el poder de hacerlos felices. Yo disfrutaba mi partido, y no entendía que Uds. no lo hiciesen. Incluso escuché que me gritaron que me moviera y me dije… "no puede ser, nunca antes me habían dicho nada, debo de haberme confundido, pensé"

Finalmente gané mi primer partido, yo estaba feliz, a la vez que, con alivio, pude ver que había recuperado mis poderes: ¡Mis padres estaban felices por mi felicidad! pensé, aunque igualmente, sentí que algo había cambiado, aunque no estaba seguro.

De regreso a casa y después de felicitarme, empezaron a decirme cosas que debería haber hecho de una u otra forma. Fue una extraña sensación porque nunca, hasta ese momento, Uds. habían opinado sobre como yo debería jugar mis juegos. Ni al tenis ni a la Play-Station. Fue extraño, muy extraño, pero como estaba feliz, ¡había ganado mi primer partido! no hice caso.

Al día siguiente fuimos al segundo partido, no sé por qué, pero me pidieron que entrara en calor, que saltara la cuerda, que me concentrara y que recuerde todo lo que habíamos hablado ayer en el coche de regreso a casa. Ahora no había dudas, algo era distinto.

Mi rival de ese día era mejor que yo, a mí no me importó, yo quería ganar por supuesto, pero lo más importante, quería jugar. Mientras el partido iba avanzando, vuestros rostros reflejaban tensión. Yo invocaba a mis poderes mágicos y, aunque iba perdiendo y yo disfrutaba… ese día, mi magia no funcionó. 

A cada punto perdido, vuestros rostros se volvían más serios, empezaron a hacer gestos, a decir cosas: que me moviera, que le pegara cruzado, alto… de pronto mi cabeza era un remolino de emociones e información. No sé qué me pasó en ese momento, pero no pude… no pude.

No entendía que se metieran en mi juego cuando yo nunca me había metido en vuestros partidos de ajedrez. Me sentí invadido. Perdí el partido, y perdí mis poderes. Salí de la pista y Uds. no estaban felices, estaban desilusionados… fue el terrible momento que entendí que si yo ganaba los hacia felices y si perdía… infelices.

Los torneos fueron pasando y siempre pasaba lo mismo. Cuando ganaba me sentía premiado y cuando perdía, juzgado. Entendí que perder no era una opción, si quería vuestro reconocimiento, debía ganar… como fuera.

Escuché una conversación entre USTEDES acerca de sacarme de la escuela y de enviarme con un entrenador. Fue el momento que decidieron tomar el control de "mi" deporte.

Fui por primera vez a lo que ellos llamaron "sesión de entrenamiento". El entrenador jugó conmigo. No puedo explicar lo motivado que estaba, un jugador de tenis real estaba jugando conmigo. Luego me enteré de que ese entrenador había sido jugador profesional, si eso no era el cielo, ¿el cielo donde estaba? 

Terminamos de jugar y Uds., el entrenador y yo nos sentamos en una mesa del bar. Uds. preguntaron expectantes, como si fuera algo muy serio: ¿Qué opinas? A lo que respondió lo que nunca en mi vida hubiese esperado que respondiera: "Tiene condiciones".

Mi mente voló muy rápido y me vio levantando la copa de Roland Garros ganándole a Nadal en el 5º set. Empecé a entrenar, era curioso, la acción era la misma, se trataba de jugar al tenis, pero el punto de vista era distinto, pasó de ser "jugar al tenis" a entrenar. 

Pero me daba igual, la ilusión era muy grande, tenía muchas ganas de entrenar y de jugar. Escuchaba todas las indicaciones, las intentaba seguir al pie de la letra, y repetíamos y repetíamos... y repetíamos.

Empecé a mejorar mucho, cada vez sentía más que los golpes y la raqueta eran parte mía y que la pelota cada vez me hacía más caso. En mi categoría era de los mejores. Ganaba muchos más partidos de los que perdía.

Me di cuenta de que esto no era barato: el entrenador, los viajes, torneos, cordajes. Me di cuenta de que ustedes trabajaban más para poder pagar mi "juego" y eso me hacía sentir mal. 

Los veía de pie detrás de la valla, mientras entrenaba, yo hacía mi mejor esfuerzo, pero luego, siempre había el comentario acerca de lo que podría hacer mejor y de todo el esfuerzo que ustedes hacían para que yo jugara tenis. 

Ustedes estaban cada vez más preocupados y si no trabajaban, estaban mirándome, y si no me miraban, estaban trabajando. Lo único que yo entendía era que había que ganar. Mi sueño de ser tenista se había transformado en vuestro sueño y que yo ganara, en la forma de compensar vuestro esfuerzo.

Cambio de año, cambio de categoría y primer torneo. Pierdo muy fácil en el primer partido contra un jugador que medía 40 cm más que yo. Mis mejores golpes no eran suficiente contra semejante gigante. No hubo chances. 

Desde mi perspectiva yo lo entendí así, pero desde la vuestra se entendió de otra forma: ¡algo falla! Tú me preguntas ¿sabes dónde entrena este gigante?

Los torneos fueron pasando y mis resultados no eran buenos, ganaba uno o como máximo 2 partidos. Llegábamos a casa y te ponías a ver videos de jugadores, tutoriales, redes sociales especializadas en tenis, revistas y artículos de tenis. En las comidas solo se hablaba de tenis y de lo que tendría que hacer para mejorar… Todo giraba en torno al tenis.

Te veo y escucho hablar con mi entrenador de algo que habías visto en internet y que estaba seguro de que me servirá para mejorar mi revés. Este tipo de conversación se empezaron a repetir cada vez más a menudo y yo me preguntaba: ¿Por qué nunca has ido a hablar con mi profesor de matemática para explicarle como tiene que enseñarme? Pero no me vi con el derecho a ese comentario, a estas alturas, lo mío era callar y aguantar.

Aquel torneo era importante, junto con mi entrenador, lo preparamos bien. Trabajamos mucho en los aspectos tácticos y en tener las expectativas controladas, entendiendo que era mi primer año de la categoría. 

Por un lado, estaba lo trabajado con mi entrenador, y por el otro, lo que tú me decías que habías leído. Las dos cosas no eran ni parecidas y mi cabeza estaba dividida. Cada vez que venía la pelota al revés eran dos voces que me hablaban.

Empezó el partido, en frente tenía un rival duro, en mi cabeza las dos voces, la de mi entrenador y la tuya. Con tantas cosas, la pelota poco a poco me dejó de hacer caso. 

Ya no iba ni donde ni como yo quería, me limitaba a pegarle como podía. La tensión y la confusión me invadieron, a cada error, sentía una emoción creciendo dentro de mi, no aguanté más, ¡CRASH!!!!!, quebré la raqueta contra el suelo; rabia, frustración, impotencia… era lo que sentía…

Mi mente se silenció por un momento, luego, luego me sentí vacío. Los miro y los veo asustados. Pierdo el partido, salgo de la pista y tiro todo. Ustedes se asustan aún más. Entonces pasó lo increíble, esa fue la primera vez en mucho tiempo que cuando perdía no me decían nada. 

Entonces entendí: Si me enfadaba, me dejaban en paz.

Los resultados no mejoraban, la capacidad de mi entrenador estaba cada vez más en duda. Cada vez que perdía, observaba que discutes con mi entrenador y luego, y a escondidas, hablas con otro entrenador. Lo que más me hace daño es que no me preguntas lo que pienso.

Entonces, y sin consultarme, deciden cambiar de entrenador. Sin considerar que muchas veces la relación entre un jugador y su entrenador es muy cercana, en muchos aspectos, confiaba más en mi entrenador que en Ustedes, lo siento, pero fue así. 

Sin consultarme, me quitaron a una persona que era muy importante para mí y a la que admiraba mucho. Él no era responsable de mis resultados. Tal vez eran los resultados que debía tener, aunque el mayor problema estaba en mi mente, en las expectativas propias, pero fundamentalmente en las vuestras y en las voces autoritarias de Ustedes, mis padres, que prácticamente desautorizaban a las de mi entrenador. Jugar tenis ya no era fácil para mí.

Comienza la nueva etapa, nuevo entrenador, nuevos ejercicios. Debo reconocer que mi rendimiento mejora, aunque luego de 3 meses ya mi cabeza escuchaba 4 o tal vez 100 voces. Vuelta a cambiar de entrenador, y eso se convirtió en un ciclo que se repetiría muchas veces, 3 o 4 partidos perdidos y cambio de entrenador.

Los entrenadores rápidamente entendieron de que, para mantener el trabajo, había que decir lo que Uds., mis padres, querían escuchar, pero eso, no era lo que yo necesitaba.

Match point en contra, mientras me preparaba para recibir, empecé a escribirles mentalmente esta carta. Me di cuenta de que acababa de decidir que este será mi último punto. Solo dejé pasar la pelota. Lo dejo, dejo el tenis. Cuando me doy cuenta de mi decisión me di cuenta de que lejos de estar triste, estaba feliz y aliviado.

Al escribir esto, tengo 18 años, odio el tenis y lo que representa. No soy consciente de cuál fue el momento que mi juego y mi pasatiempo favorito, se convirtió en un castigo. Solo sé que "Todo empezó cuando me regalaron la primera raqueta y que terminó, cuando mi juego se convirtió en Vuestra obsesión"

"La duda es una semilla que, al sembrarla, crece rápido y fuerte".

lunes, 25 de noviembre de 2019

PROF. GERARDO WORTELBOER - Recomendacion Tenis - Confianza

Algunos jugadores que no tienen mucha habilidad atlética o coordinación física a menudo derrotan a jugadores con mejores golpes y mayor capacidad atlética. La respuesta cae en su aptitud mental. Algunos jugadores le tienen mucho miedo a la pelota. Uno los oye decir: «pegale a la pelota» o «mirá la pelota». Estas frases son excusas del problema. El miedo de golpear la pelota cuando la oportunidad se presenta está basado en el miedo de perder o errar el golpe. La seguridad proviene de relajar, de moverse adecuadamente, golpear sólidamente y esto es lo esencial para ganar en el tenis. Cuando el miedo ha sido superado, entonces, la calidad y solidez del golpe automáticamente mejorará.
Una manera de ganar confianza y de golpear la pelota sin miedo es pensar solamente en la pelota, no en el rival ni en el score. La pelota es un objeto totalmente impersonal y no lo conoce a uno. Golpear la pelota de lleno, por afuera para conseguir mejor ángulo, por la parte de abajo para impartirle backspin y que la pelota no se levante. Golpear la pelota en una parte específica de la cancha para molestar a su rival. Una vez que la pelota pasó sobre la red, el problema cambia hacia su rival. Él ahora tiene que hacer un buen tiro y evitar el error. En pocas palabras, cada vez que uno se concentra en la pelota, uno deja al rival preocupado porque siempre la pelota va a volver. Otro aspecto psicológico para tener éxito en la cancha es el temperamento y la correcta aptitud mental. No pierda la concentración cuando piensa que hubo un fallo equivocado. Tampoco cuando su rival tiene algunos tantos de suerte, o golpea en la red y hace un tanto ganador. Si Ud. no puede controlar sus emociones, va a perder. Acuérdese que los tiros de suerte normalmente son para ambos lados y por partes iguales. Espere y también tendrá algunos de esos tiros.
Si el rival comienza con cosas raras y Ud. está a punto de estallar, tome una pausa, respire profundo y pare de pensar en el rival, enfoque toda la atención en la pelota. Trate de llegar a ser impersonal, juegue la pelota, no al rival. Golpee la pelota y todo lo demás saldrá bien. No deje que el viento, sol o sombras le molesten. Uno cambia lados cada impar. Su rival tendrá lo mismo que le toca a usted. Deje que el rival se preocupe por eso. Ponga toda la energía en la concentración, determinación y deseos. Se supone que uno debe encontrar placer jugando.
Comience siempre con un plan de acción. Si sabe que el rival juega de base, su plan de acción deberá ser, jugar profundo y golpear la pelota con un buen margen de seguridad en pasar la red. Contra un rival voleador, tiros cortos y angulosos para forzarlo a volear hacia arriba y un globo ocasionalmente para sacarlo de la red. Durante el juego no hay tiempo de pensar en todos los componentes de cada golpe.
Otro problema psicológico es el complejo de salir segundo. En la mayoría de los casos, los rivales son iguales y cada uno tiene suficiente habilidad para ganar. ¿Por qué un jugador sale segundo, casi está por ganar, pero no gana?
Esto envuelve la habilidad de pensar claramente, cuando el jugador está bajo presión. Es la capacidad de hacer que la energía trabaje a favor suyo y no en contra de uno.
Sobre todo, la confianza de jugar agresivamente sin preocuparle lo que el rival hace, es de suma importancia, no pensar que el rival le va a dar el partido.
Cuando comienza la tensión, tranquilícese. No hay razón para sucumbir a los nervios. Con un buen pensamiento y control, los nervios pueden ser superados o se puede lograr que trabajen por uno. En una situación tensa, no se apresure con los tiros. Resista la tentación de apurar el juego, hasta no haber superado la tensión. Muchas veces se presenta la fatiga, las piernas y el cuerpo están cansados y los hombros se endurecen. La tendencia natural es de realizar un mayor esfuerzo en pegarle a la pelota. Esto lleva a lo siguiente: pérdida del ritmo de conjunto, es decir, errar cada pelota que nos toca ejecutar. El secreto cuando uno está cansado, es golpear la pelota con relajación y menos fuerza, y jugar sin descontrolarse. Más relajación, menos fuerza y más control. El tenis ganador es una combinación de una condición física y mental. Si uno pierde control de la parte mental, toda su habilidad física y condicionamiento no serán suficientes para ser un ganador.
Aprenda a ser un jugador mental y mantenga la mente clara en cada uno de los tiros.
El credo de un jugador exitoso es:

SI TENGO QUE HACER CIERTO GOLPE
CIERRO MI MENTE AL PENSAMIENTO DE PERDERLO.
NO VOY A GANAR SI EN UN MOMENTO PIENSO EN PERDERLO.

martes, 28 de agosto de 2018

Chiste: las mujeres se parecen al deporte

Cuando la mujer está en sus 20's es como una pelota de Rugby. Tiene a 30
hombres detrás de ella.
Cuando está en sus 30's es como una de football. 22 hombres detrás de ella.
En sus 40's es como una pelota de básquetbol, 10 hombres la persiguen.
En sus 50's como una pelota de tenis. Se la mandás a otro y este te la
devuelve.
En sus 60's como una de golf. Tratas de mandarla lo más lejos posible! 😂

martes, 20 de marzo de 2018

El Tenis... Escuela de la vida

A veces me preguntan por qué es que disfruto tanto el Tenis. Y es que
además de tener la posibilidad de disfrutarlo con las personas que mas
quiero en la vida, lo puedo disfrutar con grandes amigos, hacer nuevos
amigos, pero sobre todo ser mejor ser humano, respetando y honrando el
juego. Comparto aquí lo que he leído respecto algunas pocas cosas que el
tenis nos enseñaría si fuera la escuela.

Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría una gran vida.  Nos
enseñaría a saludar, a ser pacientes, a cumplir normas,  a respetar, a
seguir reglas de etiqueta, reglas de cortesía.

Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría a tener y seguir un orden, a
ser puntual, a guardar silencio y estarse quieto cuando es requerido.

Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría a mantener la calma,
desarrollar el temple, vivir el aquí y el ahora sin atormentarnos por el
pasado o aterrarnos por el futuro. Cada golpe a la vez!

Si el Tenis fuera la escuela, defintivamente nos enseñaría  a ser justos
y correctos. Nos enseñaría a ser honrados, no tan sólo con los rivales
sino con nosotros mismos.  Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría a
asumir nuestras responsabilidades y afrontar las adversidades, a pensar
bajo presión, y a no buscar culpables de nuestras incapacidades o
propias decisiones.

Si el Tenis fuera la escuela, nos enseñaría a respetar a nuestros
semejantes, a tener compromiso, el valor de la perserverancia, a
cooperar y ayudar a los demás y ser ejemplo para nosotros mismos y por
ende a los demás.

Si el Tenis fuera la escuela, veríamos con más sencillez la vida y
definitivamente seríamos todos mejores personas.

Saludos a todos mis amigos que cuentan con la dicha y fortuna de
disfrutar enormente el juego, deseándoles que sean muchísimos sets y
años de disfrutarlo.

Puede ser que el Tenis sea para viejitos, niños, jóvenes, adultos, pero
definitivamente es una excelente vía para sanar y madurar el alma.

A jugar Tenis, cualquier día , cualquier hora, con cualquier clima, con
un excelente amigo o contigo mismo.